viernes, 17 de julio de 2009

"Lo que viene son dictaduras mediaticas"


Dante Palma (31) es profesor de filosofía en la Universidad de Buenos Aires, y realiza un Doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de San Martín, eventualmente escribe para medios como lapoliticaonline.com o Miradas al Sur exponiendo una visión filosófica al mundo político actual. Nos brinda su opinión sobre la situación y la calidad de los medios en el presente y sobre su experiencia en los mismos.

Por Damián Duarte //



- Tengo entendido que escribiste en medios gráficos y en digitales ¿Qué diferencias notás a la hora de redactar para cada uno de ellos?


- En cuanto a redacción yo no le encontré formato distinto. Siempre escribí notas de opinión y de hecho hubo notas que indistintamente las mandé a un lado o a otro, o se publicaron en un lugar pero se podrían haber publicado en otro. Me acuerdo que una vez me habían hecho el señalamiento de que en medios digitales si el artículo es relativamente largo, es necesario cortar con subtítulos más de que lo que se corta en un medio escrito gráfico.



- ¿Cuáles creés que son los pro y los contra de los medios digitales?


- Dentro de los pro creo que, por un lado, abren la posibilidad de que haya una multiplicidad de medios que, en principio, teóricamente multiplicarían las voces. En cuanto a los que escribimos lo bueno es que te lee mucha gente, yo creo que obviamente la tendencia va a ser que directamente la gente lea medios digitales, los diarios de papel tendrán una tirada semanal, con notas mucho más extensas, a mí me leen mucho más por internet que en el papel. Dentro de las contras veo el tema de la impunidad del comentador. En el anonimato cualquiera te insulta y opina con un nick, cualquiera puede publicar cualquier cosa sobre vos. En eso hay un descontrol. No sé que se puede hacer con eso pero me parece que es más fácil hacer operaciones de prensa de esa manera. Tiene sus 2 costados.


- ¿Qué particularidades tiene el diario que sentís que se pierden con el medio digital?


- En parte, el ritual de sentarse a leer el diario, pero habría que ver si lo que viene es peor. Yo prefiero el diario de papel, sin embargo, también me doy cuenta que uno siempre tiene una resistencia hacia la novedad. Si antes nos sentábamos con un diario ahora nos sentaremos con la notebook en un mundo atravesado por el wi fi. Yo prefiero las medialunas con el papel, pero serán las medialunas con la notebook. En el papel hay menos confusión, además de cuestiones físicas como el mayor cansancio de la vista leyendo en una pantalla que en un papel. Generalmente los medios digitales tienen mucho incentivo visual que te distrae y creo que favorece la idea de notas mucho más cortas. La contra de un diario virtual es que ya no leemos más que títulos, ni bajadas. Aunque eso habría que tomarlo con pinzas porque, por ejemplo, si vos lees los diarios gratuitos en papel como La Razón o El Argentino, que se distribuyen en el subte o el tren, en realidad es internet, son grandes títulos y el desarrollo no tiene mayor sentido, la gente lee los títulos y eso sí me parece que es contraproducente. Al fin de cuentas perdés calidad.


- Particularmente como escritor ¿cuál preferís?


- Depende en qué medio y qué tipo de notas haga, también a veces depende de los espacios. El medio digital conspira contra la extensión. Una publicación, tal vez más académica, artículos de 20 o 25 páginas, se torna complicado leerlos en forma. A su vez, a los investigadores, internet les facilitó la vida, porque existen accesos a bibliotecas virtuales y, eventualmente, si te molesta mucho leer de la pantalla, imprimís, gastarás plata en cartuchos. Tener acceso a todas las revistas que salen, pues, que comprarlas saldría carísimo, también facilita.


- ¿Y como lector?


- Adoro la posibilidad, hasta por cuestiones económicas, de entrar en un sitio y leer cuatro o cinco diarios, diarios internacionales, ver minuto a minuto lo que va pasando. Para sentarme a leer prefiero el papel, y de hecho lo sigo comprando. Lo que viene en papel son nota cada vez menos coyunturales, de análisis u opinión, y mas extensas, el espacio de la primicia quedaría para medios virtuales.



- La brevedad de las noticias o el hecho de solo leer los títulos ¿se debe a un cambio en el tipo de lector?


- Si, también creo que se da esto de las dos caras. Te levantás a la mañana y “leés” cuatro o cinco diarios o abrís la computadora y entrás a los cuatro o cinco portales, en realidad no lees nada, lees más o menos los títulos, que a su vez son siempre los mismos.



- Trabajás desde tu casa ¿sentís una menor presión a la hora de entregar una nota?

- Aclaro que yo nunca trabajé en una redacción, supongo que debe ser una presión insoportable. Además no soy periodista entonces no trabajo con la primicia. En realidad, si bien escribo de un día para otro, al hacer una nota con cierto nivel de abstracción, tiene como excusa una coyuntura y maneja otros tiempos, probablemente una nota que yo escriba no tiene demasiado sentido que salga al otro día, podría salir en dos días, en una semana o en quince días, y sería mas o menos lo mismo.


- Escribís notas de análisis u opinión ¿sentiste alguna vez una bajada de línea por parte de un medio para el cual escribiste?


- Sí, de hecho en algunos medios no me han publicado notas y me han dicho claramente que esa no era la línea del diario. Una vez me habían pedido una nota sobre la invasión estadounidense a Irak, e inconscientemente, autocensurándome, expuse dos variables de análisis sin tomar partido, y la gente del diario me dijo que hacía falta tomar posición y que ésta debía ser a favor de la invasión, y como me mantuve imparcial la nota no salió.


- ¿A qué le adjudicás la falta de valores éticos en los medios de hoy en día?


- Hay influencia de varias cosas, creo que hay un estado de descomposición general y ni siquiera debe tener límite en Argentina. La formación de los periodistas es bastante pobre y probablemente cada vez peor, los referentes de los periodistas son cada vez peores al igual que la clase política, los profesores o los maestros. Creo que en parte tiene que ver con lo que pasó en los noventa, y en un proceso de 10 o 20 años se empieza a ver una decadencia. A su vez, hay cada vez más una precarización del trabajo, los periodistas y los que escribimos somos cada vez más jóvenes, con peores contratos y situaciones, por una cuestión de experiencia. Un pibe de 20 años puede ser brillante pero tiene 20 años. Y a su vez trabaja tres meses en un medio, después lo echan y se va a otro. También veo una mayor desfachatez en cuanto a la orientación ideológica y a las operaciones de prensa de los grandes medios, si me preguntás la razón no sabría decírtela. Antes las operaciones de prensa eran mucho más solapadas, ahora abrís un diario y enseguida te das cuenta para quién juega. Lo que ayudó a esto son los medios en manos privadas y los monopolios que están vinculados a un sector de la sociedad y que genera un circuito de corrupción muy grande.

- ¿Cómo influyen estos monopolios en la formación de opinión?

- Influye mucho, el fenómeno De Narváez es interesante para analizar por su campaña mediática, un candidato, con un discurso vacío, gana y demuestra que hay un gran control sobre los medios, lo que hace que claramente se puedan cargar un gobierno encima. Lo que vienen son dictaduras mediáticas, ya no hace falta un poder militar, el poder mediático te doblega.

viernes, 10 de julio de 2009

Al gran pueblo argentino, ¡salud!

Por Gómez Analía

A través de la historia y en la actualidad, estando vigente un régimen democrático, presenciamos a diario la vulneración de ciertos artículos de la Constitución Nacional de la cual se desprenden los derechos y garantías cuyo cumplimiento está a cargo del Estado.
Ahora bien, Max Weber define a la democracia de la siguiente manera: “Democracia puede significar cosas enormemente dispares. Aunque, bien mirado, sólo viene a significar esto: que no existe ninguna desigualdad formal en cuanto a los derechos políticos entre las distintas clases de la población”.
Teniendo en cuenta la afirmación precedente se tomarán como ejemplos los artículos 14 bis, 15 y 18 cuya violación se puede ver reflejada en hechos de la actualidad.
El incumplimiento del primero se puede observar, por ejemplo, en la existencia de talleres clandestinos, donde los trabajadores no sólo exceden ampliamente la jornada limitada, llegando a trabajar 14 horas diarias o más, sino que a su vez moran en estos espacios en circunstancias paupérrimas, descansando bajo el llamado sistema de “cama caliente” y compartiendo el baño con un gran número de compañeros.
Por otra parte, apelando a la teoría marxista, no pueden darse las condiciones equitativas de labor debido a que nos hallamos bajo un régimen capitalista en donde existe un monopolio de los medios de producción generando así que la clase trabajadora se vea obligada a vender su fuerza de trabajo sometiéndose a dicho sistema. A su vez, surge del sentido común, la imposibilidad de la participación en las ganancias de las empresas por parte del trabajador, derecho que también emana del mismo artículo.
Esta situación no es un hecho aislado ni desconocido ya que la Defensoría del Pueblo y la Fundación Alameda (organización que persigue talleres clandestinos) reciben 3 o 4 denuncias por día. El problema es que detrás de este negocio está quien dirige el taller donde se explotan, en su mayoría, trabajadores de nacionalidad boliviana, la Policía Federal que, conociendo esta actividad ilegal, la ampara por medio del recibimiento de coimas y algunas grandes marcas que pagan miserias por la confección de las prendas y luego las venden en sumas exorbitantes.
A raíz de esta realidad y de la participación de cada uno de estos actores se vislumbra una oposición de intereses donde los explotados tienen miedo de realizar denuncias por su condición ilegal y los explotadores los amenazan con deportarlos, subsumiéndolos y logrando su fin último que es, solamente, obtener ganancias.
Este empleo podríamos catalogarlo como trabajo en negro, entendido como aquel que resulta clandestino por su falta o inexacta registración, pero también puede ser clasificado como esclavo contraponiéndose a lo que dictamina el artículo 15 que enuncia el derecho de que en la Nación Argentina no hay esclavos y que la compra – venta de personas es un crimen. En relación a esto último cabe preguntarse ¿qué sucede con la trata de personas existente hoy en día?
. En concordancia con este tema, el Secretario General Adjunto de la OEA (Organización de los Estados Americanos), Albert Ramdim expresó: “Es una violación de los derechos humanos manifestada bajo distintas formas de explotación de víctimas en trabajo forzado, turismo sexual, servicio doméstico, conflictos armados, adopciones ilegales, y tráfico ilegal de órganos".
Este negocio que incluye a las víctimas, los reclutadores y los clientes en el caso de la prostitución, lleva a la cosificación de las personas, transformándolas en mercancías que se intercambian con total impunidad y sin respetar los derechos individuales.
El desarrollo de esta actividad se debe mayormente a la complicidad por parte de la Policía, a la constante demanda y silencio de quienes consumen el servicio y en especial al mal accionar de la justicia que no destina investigaciones apropiadas para desbaratar estas organizaciones criminales. Un ejemplo que avala esta afirmación es el de Susana Trimarco que, ante la desaparición de su hija Marita y la falta de compromiso de las autoridades judiciales, decidió ella misma emprender la búsqueda logrando así denunciar varias redes de prostitución y liberar a algunas de estas “neoesclavas”.
La falta de idoneidad del Poder Judicial también se ve reflejada en el caso de Osvaldo Gómez, acusado de ser un violador serial. Ante este hecho se infringió claramente el artículo 18 debido a que el joven de 28 años estuvo en prisión durante siete meses sin justa causa y por un sinnúmero de irregularidades en el debido proceso, a saber: lo detuvieron por averiguación de antecedentes, fue confundido con el verdadero violador por tener puesta una remera roja, no se le permitió llamar a un abogado, se le informó a la familia sobre su paradero un día después, la secretaria del Juez inducía a las víctimas para que lo señalaran en la rueda de reconocimiento, 24 horas después fue trasladado al penal de Marcos Paz sin juicio previo y sin realizarle siquiera un examen de ADN.
Estando en democracia, todos estos casos reflejan una realidad en la cual existe una falta de compromiso por parte de quienes nos representan y un desconocimiento de la Constitución Nacional del Estado en general.
La falta de políticas públicas en relación a estos temas dejan entrever una carencia de representación que en términos de Claude Lefort es: “un conjunto de instituciones cuyos miembros están habilitados a deliberar a los efectos de decidir sobre los asuntos públicos, en nombre de aquellos a quienes se les reconoce el derecho de otorgarles mando”.
El real cumplimiento de los artículos citados y de cada uno de los que componen la ley suprema harían posible una verdadera democracia que según Weber, entre sus características, debería tener una suficiente instrucción y práctica de los ciudadanos en la determinación objetiva de los medios y fines apropiados, es decir, la capacitación para ser un ciudadano, ejercer derechos y obligaciones. Pero para que esto ocurra en primer lugar hace falta que los ciudadanos tengamos la posibilidad de participar, lo cual significa “sentir que se es parte y que se tiene derecho a tener derechos”.

Mentiras piadosas

Por Gómez Analía

Siete años atrás, más precisamente el 26 junio de 2002, en un país donde la desocupación, la pobreza, la canasta básica y los piquetes aumentaban, se produjo el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, militantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) Aníbal Verón, por parte de la Policía Bonaerense. Cabe recordar que en aquél momento había un gobierno de transición a cargo de Eduardo Duhalde.
De la manifestación participaron varios movimientos sociales que marchaban en forma pacífica reclamando, legítimamente, derechos básicos como son el trabajo, la comida y una vivienda digna. Pero la Policía Federal, la Policía Bonaerense, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval los estaba esperando y teniendo en cuenta el saldo que dejó el enfrentamiento, la utilización de balas de plomo y un despliegue que hasta contaba con la presencia de policías de civil, demuestra que el objetivo explícito era reprimir y matar.
Esto último señala una fuerte coerción, entendida como represión, y un exceso de poder por parte de aquellas autoridades que supuestamente están al servicio de la comunidad y deben brindar seguridad a los ciudadanos. Además exhibe un importante antagonismo con la definición que ofrece Max Weber del Estado, a saber: “Comunidad humana que reclama (con éxito) el monopolio del uso legítimo de la fuerza física en un territorio determinado” . El término “legítimo” implica la idea de consenso pero sin duda no hubo un acuerdo consentido entre víctimas y victimarios.
Por otra parte, el accionar policial fue avalado y ocultado por el gobierno vigente que en sus declaraciones enunciaba que las muertes habían sido producto de un enfrentamiento entre los grupos piqueteros, intentando dejarlos ante la sociedad como los violentos de siempre desligándose así también de la responsabilidad que le recaía ante este caso de conmoción interior. Colaboró con la creación de tal perfil la imagen del colectivo prendiéndose fuego y la de los piqueteros con palos, construyendo así en el imaginario social la figura agresiva de los manifestantes y la de una policía desbordada por el vandalismo.
Pero no sólo los policías que alzaban los cartuchos de las balas de plomo y el gobierno con sus dichos intentaron encubrir la masacre de Avellaneda sino que hubo un importante ocultamiento de la verdad por parte de Clarín, uno de los medios más poderosos y monopólicos que existe, a partir de un título que enunciaba: “La crisis causó 2 nuevas muertes”. De esta manera se lograba, el primer día, una desinformación sobre los hechos sucedidos cuando desde el comienzo, a partir del material fotográfico y los testigos, se conocía que la causante de las muertes no había sido la crisis.
En conclusión, a pesar del encubrimiento no inocente por parte de los diferentes actores, el Comisario Alfredo Fanchiotti y el Cabo Alejandro Acosta fueron detenidos gracias al material periodístico que los mostraba disparando contra los manifestantes, pero aún, y por esas diferencias que se suscitan a la hora de hacer cumplir la ley, aquellos que dieron la orden de que ese día se reprimía continúan en libertad, algunos con cargos políticos en la actualidad y otros que desean volver.

Obediencia ¿debida?

Por Damián Duarte

A siete años de la masacre de Avellaneda, en la que encontraron la muerte los manifestantes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, se puede afirmar que en nuestros días pocas cosas han cambiado, debido a que, al igual que en aquella semana del 26 de junio, en la actualidad los medios de comunicación, dueños de una dualidad característica que varia según sus intereses, nos continúan bombardeando con información, la cual contiene verdades a media y distorsiona la realidad.
A modo de refrescar la memoria social recordaremos los hechos más relevantes del 26 de junio del 2002, donde varias agrupaciones piqueteras, como parte de un estallido social a causa de la falta de trabajo, viviendas dignas, comida, y el desmedido aumento de la canasta básica, marcharon por las calles de Avellaneda hasta cortar el puente Pueyrredón, donde se encontraron con un bloque armado de la fuerza pública, el cual tras varios minutos de tensión, decidió reprimir a los manifestantes sin motivo alguno.
Con respecto a la función estatal, remontándonos a la nombrada fecha, y apelando a la teoría weberiana, se puede decir que fue aberrante la inconstitucionalidad en el accionar policial debido a que, según el teórico, el Estado es quien posee el monopolio legítimo de la fuerza dentro de un territorio determinado, desde ya, esto no garantiza la libertad de represión por parte del aparato de seguridad cuya responsabilidad es mantener el orden público. Es también inadmisible su intervención en el hecho de que al comienzo se “disuadió” con balas de goma y gases lacrimógenos, pero luego, y supuestamente bajo órdenes de cargos superiores, se reprimió con balas de plomo, acción que se hunde en la ilegitimidad debido a que desde ningún punto de vista existió el más mínimo consenso entre la policía y los movimientos sociales que reclamaban legalmente, tal como lo establece la Constitución Nacional.
Volviendo al tema de los medios de comunicación, aquel día jugaron un papel muy importante con respecto a la información que dieron a conocer, verbigracia, el hecho de que los muertos habían sido a causa del enfrentamiento entre los piqueteros, tildando a éstos de vehementes, impetuosos y desacatados. Pero la principal falta se produce al camuflar los datos veraces, en los que se responsabilizaba a la policía por los crímenes. La intervención policial del mencionado día se observa desleal desde todos sus ángulos de análisis, debido a que, como muestran las imágenes de los reporteros gráficos presentes en el hecho, el comisario Fanchiotti ejecutó por la espalda al manifestante desarmado, quien asistía a su compañero herido en la estación de tren.
Parafraseando al filósofo Hegel, quien aduce que el poder sólo puede existir si se realiza en el dominio efectivo, materializado en obediencia, podemos afirmar que Kosteki y Santillán, síntesis de una dialéctica entre dos fuerzas, cayeron bajo la actuación de un órgano policíaco claramente sometido al transitorio gobierno de Eduardo Duhalde, el cual poseía intereses bastante determinados, dar muerte a los “revoltosos de siempre”.

Prisión: tumba de los derechos

“La prisión, pieza esencial en el arsenal punitivo,
marca seguramente un momento importante
en la historia de la justicia penal:
su acceso a la ‘humanidad’ ”.

Michel Foucault.-



Por Damián Duarte

La realidad argentina muestra invariablemente, desde hace ya algunas décadas, un grave deterioro en el sistema carcelario, tema olvidado tanto por los medios de comunicación como por quienes detentan el poder. Casos de gatillo fácil, represión carcelaria, asesinatos y posteriores encubrimientos por parte de los que dirigen las penitenciarias, son hechos recurrentes a los cuales gran parte de la sociedad suele restarle importancia.
Si se ejerciera una profunda investigación al sistema nombrado anteriormente, los datos arrojados evidenciarían las enormes irregularidades y violaciones a los Derechos Humanos, activadas por la fuerza de seguridad del Estado. En el hipotético caso de una indagación sobre esta realidad, también se podrían identificar la gran cantidad de presos políticos existentes, modalidad que causó estragos en la sociedad durante el Proceso de Reorganización Nacional donde abundaban las acciones inconstitucionales, donde se apresaba, torturaba y asesinaba sin reparo a militantes y dirigentes de partidos políticos, entre otros, con ideas opuestas al gobierno de facto. El artículo 14 de la Constitución fue atrozmente violado debido a que se castigó impunemente a los actores antes nombrados, los cuales intentaban expresar sus ideas, aunque de más este decir que ante la imposición de un régimen de aquellas características, la Constitución queda íntegramente vedada.
En la actualidad, en pleno ejercicio de la democracia y bajo un gobierno autodenominado defensor de los derechos humanos, podemos ver el caso de Luciano Arruga de 16 años, desaparecido el 31 de enero luego de haber estado detenido en el destacamento policial de Lomas del Mirador, el grito por su aparición con vida, encarnado por sus familiares y amigos, se hace escuchar cada vez con más fuerza. En este caso se ejerce claramente una violación al artículo 18 de la Constitución Nacional, donde entre otras cosas, se expresa que “…ninguna persona puede ser arrestada sino en virtud de orden escrita de autoridad competente…”.
Volviendo al tema de la situación carcelaria, se puede notar las condiciones de hacinamiento en las que viven los reclusos, ya sea el problema de superpoblación, el hostigamiento por parte de los guardiacárceles, o los cientos de detenidos inocentes apresados por el mal accionar judicial, es decir, que nuevamente se puede notar la inobservancia del artículo 18 en el que se manifiesta que las cárceles deben ser limpias y sanas y deben ser utilizadas para seguridad y no para castigo de los presos. Hoy en día cabe preguntarse si estas instituciones, que deben garantizar la reinserción social de los reclusos, continúan respetando los derechos humanos.
Entre las abundantes irregularidades, vale destacar el artículo 3 del Código Electoral que, entre otras cosas, indica que los presos condenados se encuentran inhabilitados de emitir sufragio en elecciones, es decir, este precepto se contradice con el articulo 37 de la Constitución Nacional donde se dicta que el voto es universal, igual, secreto y obligatorio.
También es digno de mencionar la irrupción del sistema capitalista en las prisiones, donde los reos con poder político o dinero en abundancia, no se ven sometidos a las deplorables condiciones sanitarias y de hábitat de los presos comunes, sino que se encuentran alojados en confortables mansiones rodeados de lujos. Esto demuestra una avanzada desigualdad a la hora de calificar a quienes están privados de su libertad, calificación que, desde ya, nunca debería haber existido.
Como conclusión, es valido manifestar el olvido y la desconsideración del sistema carcelario, esto se puede observar en las mediatizadas y lamentables (cualitativamente hablando) campañas políticas, donde los candidatos suelen detraer significación a esta temática excluyéndola de sus plataformas. Los reclusos, deben ser considerados como seres humanos que cometen errores, los cuales obtienen como pena la prisión. Dicho esto, es menester, como sociedad y Estado establecido que somos, instaurar en el consciente colectivo de los argentinos que los presos merecen tener la capacidad de elegir a sus gobernantes, quienes velarán por su seguridad, sus derechos y su ambiente.

Medio digital: el sepulturero del diario

Por Analía Gómez

Marcelo Javier Scialfa es periodista y si bien actualmente no ejerce la profesión, o bien lo hace esporádicamente, trabajó en medios reconocidos como ser Ámbito Financiero, Clarín, Télam, Gente, Editoral Atlántida, entre otros. También produjo programas de radio y en algunos estuvo a cargo de las secciones de política, economía y el editorial. En esta entrevista imprime su opinión sobre los medios gráficos y digitales y vaticina la pérdida de espacio por parte de los diarios.


- ¿Cuál es el papel del periodista en un medio digital y en un medio gráfico?

- Para mi el papel del periodista es siempre el mismo así trabaje en un diario, una revista, sea periodista de espectáculos o político. La función es informar y es indistinto el medio para el cual trabaje.

- ¿Su presencia es la misma en un medio digital que en un medio gráfico? ¿No hay más elaboración?

- Sí, en un medio gráfico hay más elaboración, quizá hoy no tanta porque a la página web se le está dando la importancia que anteriormente se le brindaba al físico. Creo que los portales se están profesionalizando más.
Hace un tiempo sí, el mismo periodista que trabajaba en un diario gráfico después se iba a otro lugar a escribir por internet la misma noticia pero no la manejaba de la
misma manera. Hoy se está tornando a que sea todo lo mismo.

- ¿Esto significa que ambos medios comparten información?

- Sí, es la misma información. La diferencia radica en cómo se arma cada nota porque tampoco podés hacer un clon.

- ¿Qué diferencias cree que existen en la preparación para escribir en cada medio?

- Para mí no existe ninguna, salvo que en el grafico tenés un departamento de corrección. Ahora si me preguntás por la preparación de un periodista hoy sí es la misma. Al principio los periodistas profesionales, por llamarlo de una manera, no lo tomaban muy seriamente al medio digital, sí lo hacían los estudiantes y a modo de pasantita. A medida que pasó el tiempo el diario digital tomó más importancia pero en sí la función es informar y se hace de igual manera en cualquier medio.

- ¿Qué distinciones encuentra entre un lector de diario y uno de página web?

- El lector de pantalla no analiza, se informa y rápido. Entra al portal lee el título, la bajada, ve la foto y lo que dice la foto. En cambio quien lee un físico lee todo y analiza.
Otras diferencias radican en el tiempo, las ganas y el interés. La ventaja que tiene la página web es que si el lector quiere ver algo de política sentado en la máquina y en un par de minutos lee la misma nota en distintos medios. En cambio con el físico tenés que tener espacio y tiempo.

- ¿Es internet donde más observamos la libertad de expresión?

- En internet no tenés límites, podés escribir y poner lo que se te ocurra. En cambio en un medio gráfico, vos armás la nota y después se la tenés que presentar a tu editor. Después ese editor pasa esa nota a la parte de corrección. Ambos son filtros. En internet no tenés a nadie que te controle

- Hoy por hoy ¿considera que el portal on line es más elegido que el diario impreso? ¿Por qué?

- Sí, por el tiempo y por la comodidad. El diario impreso con internet perdió muchísimo porque las páginas te brindan la posibilidad de que si estás en el colectivo y tenés una laptop o un celular con wi fi podés leer los portales y estar informado a cada instante.

- El exceso de información que brinda internet ¿lo considera una ventaja o una desventaja?

- Nunca lo consideraría una desventaja porque si vos querés estar informado en internet lo tenés todo y como lector podés seleccionar lo que te interesa

- ¿Cuál cree que es el futuro de los diarios teniendo en cuenta el auge de los medios on line?

- Creo que van a ir perdiendo espacio, es más, ahora ya lo están perdiendo. Hace unos años, no más de diez, Clarín los domingos llegaba a una tirada de más de un millón de ejemplares; hoy si tiran un cuarto de ese número es mucho. Otro ejemplo es como cierran los kioscos de diarios que si bien siempre existirán ya no será como antes.

- Y este fenómeno ¿lo considera positivo o negativo?

- No es positivo ni negativo, es la globalización. Recuerdo que cuando empecé a estudiar la carrera estaban recién apareciendo este tipo de páginas y nos preguntaron que creíamos, muchos contestaron (entre ellos yo), que no durarían mucho tiempo y mirá cuanto perduraron y en qué lugar están.
Si tengo que optar, te digo que es positivo ya que lo podes leer en cualquier lado. Ahora si nos ponemos del lado de un periodista te diría que es negativo porque les quita trabajo pero a la hora de cotejarlo, vale más la elección del público que la de los profesionales.

Ni vago ni mediocre


Por Analía Gómez


Alejandro Barratelli tiene 37 años y 12 de experiencia teatral, televisiva y cinematográfica. Desde 1997 que participó en La Gangrena de Marcelo Shuster, el actor no se detuvo e hizo del teatro una pasión y su vida

Egresado de la Escuela IFT, donde tuvo como profesores a Enrique Laportilla y Eduardo Pavelic, cursó cinco años en el Sportivo Teatral con Ricardo Bartís y realizó seminarios con Joy Morris, Pompeyo Audivert, Paco Giménez y Alejandro Catalán, entre otros. Pero a la hora de nombrar los maestros que lo marcaron, que le cambiaron la cabeza y el alma menciona a Héctor Beacon y a Ricardo Bartís.
Extraña combinación se dio en la vida del artista que cuando recuerda cómo se decidió por la actuación, le brillan los ojos y dice: “En realidad fue casi por accidente”. Estudiaba comercial con orientación en administración de empresas en un instituto privado que le daba la posibilidad de hacer un preparatorio e ingresar al primer año de la carrera de licenciatura. Pero por esas paradojas de la vida y por culpa de unas fotocopias, en su recorrido leyó: Escuela Teatro IFT. Como si fuese un imán, algo lo llevó a preguntar y más allá de que tenía que ir a tomar las clases del preparatorio, optó por quedarse.
La primera clase, aunque resistente y sorprendido por el nuevo mundo que había descubierto reconoce que algo lo entusiasmó y poco tiempo después se dedicó de lleno al teatro al cual define como un autoconocimiento
“Uno está como medio rotulado con lo que cree que es, con lo que le dicen que es y con lo que debe ser, dentro del sistema, de lo social, cultural y familiar”. Tal vez esta sea la razón por la que hasta mitad de año no se animó a contarle a sus padres la resolución que había tomado. Pero a pesar de que ellos no estaban de acuerdo, en su momento los entendió porque un título era una garantía y agrega: “Igualmente yo creo que uno tiene que ser lo que desea. De nada sirve tener un título y ser un infeliz”
Actualmente ensaya la obra Perdido “después de la fiesta”, trabaja como asistente de producción en la obra El último fuego, dicta seminarios de actuación en el teatro IFT, realiza junto a Tatiana Sandoval la producción para el estudio teatro Fuga Cabrera y organiza un ciclo de autores argentinos. A partir de este papel de hombre orquesta asegura que la profesión le ocupa todo su tiempo y que el ser actor es una manera de vivir.
Amante de investigar la actuación y de construir teatralidad, con una basta experiencia en teatro también ha filmado alrededor de treinta cortos, mediometrajes, tres películas, una de ellas, El amarillo, como protagonista. Cree que el teatro es el origen, la escuela del actor y que al formarse en él después resulta más fácil poder aprender el lenguaje de la televisión o el cine que es diferente.
Le interesaría trabajar en el exterior y tiene propuestas desde España y México, en éste último para dar entrenamiento de actuación. Siente gran curiosidad por Latinoamérica pero en este momento está construyendo la trama de Perdido “después de la fiesta” donde Alejandro escribió la estructura y se está determinando si va a dirigir y actuar.
A la hora de trabajar se define como exigente y tiene bien claro lo que quiere pero sobre todo lo que no. Menciona que esa exigencia pasa por armar un equipo de trabajo que en cualquier ámbito de la vida es fundamental. Se reconoce obsesivo y un poco apasionado y afirma: “No me gustan ni los actores vagos, ni la gente mediocre”.
Retomando el tema de su pasión plantea que puede ser tanto una virtud como un defecto pero trata de escuchar, de dar y recibir críticas y por sobre todo busca generar vínculos saludables y honestos.
Trabajador y siempre intentando ser educado sostiene que a veces la pasión lo lleva a ciertos desbordes y que hay cosas que lo superan, por ejemplo, la irresponsabilidad o la falsedad. “Pero una de las tantas cosas que me enseño el teatro es a ser paciente y tolerante, acompañado de una fuerte disciplina”
Un artista atraído por los desafíos, en cada una de las experiencias que tuvo puso el mismo amor pero en el momento de nombrar aquellas que lo marcaron menciona tres o cuatro, todas ellas de mucha exigencia y trabajo, al punto de interpretar dos papeles opuestos en una misma obra con un realismo absoluto.
Admirador de actores como Alfredo Alcón y Marlon Brando, reconoce a aquellos que tienen carácter, que son permeables y que pueden hacer diferentes roles y trabajar en cine, televisión y teatro. “El actor es mal bicho para ver teatro porque devela mucho”, afirma y sostiene que al ver un mecanismo de actuación conocido y neutro se aburre, sorprendiéndolo solamente la emoción.
“¿Sueños?... Miles”, responde el actor. Pero para este apasionado por la escritura, el cine, la lectura y sobre todo la expresión artística, lo más importante fue el aprender a disfrutar y su mayor anhelo y objetivo es continuar el camino, creciendo tanto a nivel profesional como personal.

miércoles, 8 de julio de 2009

Animales de Sangre Caliente

Por Damián Duarte

El viaje a Pilar fue cansador. Se podía sentir una cierta conspiración por parte de aquel martes lluvioso, que contagiaba su fastidio al chofer de la línea 57 y por consiguiente a sus pasajeros. El malhumor abundaba en ese habitáculo donde viajábamos como sardinas. La sensación de cansancio de quienes volvían a sus casas como conclusión de un día agotador, se dejaba ver en los suspiros que empañaban los vidrios.
Luego de aproximadamente dos horas, llegue a la gran ciudad de la zona norte. La humedad y el frío se tornaron incesantes persecutores, hasta que tras seis o siete cuadras de esquivar charcos llegue a la casa de Pato, el virtuoso guitarrista de Pecado Original, una banda de vigoroso sonido, e impecable puesta en escena.
Tras algunos comentarios previos, la charla desembocó en el motivo de mi visita. Pato puso primera y, con su característica locuacidad, y sin caer en la verborragia, da inicio al diálogo.
El músico interpreta la banda como un órgano de difusión, “es una de las herramientas que tengo para decir lo que pienso, y contar lo que imagino”, expresa. Pecado Original, en todas sus dimensiones, es dueña de un envolvente espíritu rockero, admite las influencias de La Renga, los Redondos, Rata Blanca, Guns and Roses, y demás bandas que impregnaron de rebeldía la esencia de los militantes del rock.


- ¿Cómo se formó la banda?

- Los chicos ya formaban una banda antes que yo llegara, y luego de varios cambios en la formación se dió el nacimiento de Pecado Original en el 2002. Maxi en guitarra, Mariano en teclados, Andrés en batería, Matías en bajo y voz, y yo en guitarra. Más tarde se nos uniría en el 2008 Santiago Ferraro como voz principal.


A pesar de la formación en el 2002, los prudentes integrantes comenzaron a buscar fechas para tocar en el 2004, reconocen una mejoría en los shows y “en la ejecución instrumental”, también perciben un avance en la capacidad de crear, aunque admite que ambos “llevaron horas y horas de vuelo.”

- ¿Cómo ven el ambiente under de la zona en que tocan?

- Con muy pocas bandas de nuestro estilo y con un incipiente despegue de las bandas de reggae hacia su pleno, y probablemente corto, apogeo. En cuanto a los lugares, cada vez hay menos y son poco concurridos. No sé si se debe a que posiblemente el rock esté muriendo o a que hace tiempo no aparece una banda capaz de movilizar un público importante en el under.

- Recientemente grabaron un disco ¿cómo fue el proceso de grabación?

- La toma de instrumentos fue relativamente rápida; lo que realmente duró fue la mezcla porque la hizo una sola persona (nuestro cantante) y los demás ayudamos a corregir algunas cosas.

- ¿Qué opinas del hecho de que algunas bandas tengan que pagar para tocar?

- Todo depende del tipo de trato que se haga con el lugar. Si ofrece sonido y una justa cantidad de entradas para recuperar los gastos y además ganar algo, te diría que no me molesta porque entonces depende de la gente que lleve la banda y por consiguiente, del esfuerzo de la misma. Distinto es cuando el lugar se beneficia muy bien con la banda y encima les quiere cobrar con el pretexto de que les ofrece un espacio y de que los permisos para traer bandas son costosos. En este último caso pienso que abundan los oportunistas.
Con respecto al movimiento cultural en la zona y su difusión el músico responde que existe mucha más oferta que demanda, y agrega: “Se podría decir que la cultura acá está luchando por su supervivencia” y añade “lo que pasa es que al hombre del mundo de hoy se le implantó por la fuerza, y en el cerebro, la idea de que no se puede ser feliz con poco y de que existe un cierto tiempo límite para llegar a la cúspide de tu realización como ser humano. Obviamente pensar en esto y gastar tantas energías en realizarlo agota el espíritu hasta dejarlo exhausto, dejándolo listo para que estés demasiado cansado como para darte el lujo de disfrutar de las pequeñas cosas que le dan sentido a la vida, (incluyendo el ocio creativo y por consiguiente a la cultura), lo suficientemente exhausto y con ganas de anestesiarse con cosas como 'Gran Hermano' o 'Bailando por un sueño'

Pato, el encargado de la composición musical y de las letras afirma que su fuente de inspiración es “la parte pirotécnica de la vida, sentimientos de peso verdadero, las ganas de gritarle algo a los sordos por conveniencia que hay en este mundo, y cosas así.”

- ¿Qué intentan plasmar en sus canciones?

- Por mi parte busco siempre (y quizás más de lo que debería) la adrenalina y el vértigo. En cada canción mía hay un momento en el cual quise provocar esa sensación de despegue, ya sea en canciones lentas o movidas. A veces hasta llega a transformarse en un vicio que hace que mis temas se parezcan mucho entre sí.

Los integrantes de Pecado no solo coinciden musicalmente a la hora de fundir talentos, sino que comparte la ambición de vivir el resto de sus vidas en un escenario, Patricio afirma que la banda para él “ocupa el mismo lugar que el oxígeno y el agua”.
Las ansias de crecer, de divulgar su arte, de cundir un espacio vacío, son parte de los objetivos del grupo. Dentro de sus proyectos más próximos incluyen difundir su reciente disco, así como el show en vivo y declaran que anhelan empezar a moverse en escenarios mejores y “pelear para hacernos un lugar en la historia de la música”.


►Lugar de residencia: Pilar, Buenos Aires.
►Integrantes: Voz- Santiago Ferraro; Guitarra- Patricio Salas; Guitarra- Maximiliano Minestrelli; Bajo- Matías Demelli; Batería- Andrés Maggio.
►Discografía: Animales de sangre Caliente (2009)
►Más información: http://www.myspace.com/pecadorock

Insuficiencia "A"

Por Duarte Damián y Gómez Analía

Desde fines de abril, el mundo, y más precisamente el continente americano, se ve acechado sanitariamente por un virus denominado gripe porcina, gripe A o H1N1. A dos meses de la aparición de esta enfermedad cabe analizar las medidas adoptadas por parte de nuestros representantes ante un hecho que tiene en vilo a la población.
Esta afección es una pandemia provocada por una variante del influenzavirus A de origen porcino. La génesis de la infección es un cambio de la cepa H1N1, con material genético proveniente de la cepa aviaria, dos cepas porcinas y una humana que mutó y se expandió a otras especies (Cerdo – Humano; Humano – Humano).
La patología afecta el sistema respiratorio y se manifiesta en las personas a través de fiebre alta (más de 38º), dolores de cabeza y musculares, decaimiento, tos frecuente e intensa, rechazo a los alimentos y congestión nasal.
Entre las medidas de prevención que circularon, y aún lo hacen, por todos los medios figuran el lavado frecuente de las manos, evitar estornudar sin cubrirse la boca y, sobre todo, no automedicarse frente a síntomas que pudieran corresponder con los presentados por la enfermedad. Pero si bien estas recomendaciones son útiles es importante preguntarse ¿de qué manera en Argentina se llegó al número de 60 muertos y cerca de 2500 infectados?
Los primeros casos se dieron a conocer en México, país que acertadamente decidió paralizar casi por completo la actividad pública, ayudando así a demorar la diseminación inicial del virus a pesar de que la medida le costó 3500 millones de dólares. En cambio, en nuestro país cesaron los vuelos por menos de una semana y curiosamente no se tomaron otras políticas públicas hasta pasadas las elecciones, generándose así el pico más alto de la enfermedad, favorecida por las condiciones climáticas.
Un sinnúmero de contradicciones ocurrieron durante el transcurso de estos meses. En principio se aconsejaba la utilización de barbijos y alcohol en gel pero una vez agotado el stock de estos dos elementos salvadores, cuyos precios tocaban las nubes, se informó que el barbijo no podía usarse por más de cuatro horas y posteriormente se indicó que si no había presencia de síntomas su uso no era necesario. También resultó ser que el alcohol cumplía la misma función que el agua y el jabón.
Tras los comicios del 28 de junio, la Ministra de Salud Graciela Ocaña presentó su renuncia y se declaró el estado de emergencia sanitaria en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Las escuelas, universidades e institutos decidieron suspender las clases como medida preventiva contra el contagio y se cerraron varios teatros con el fin de evitar las reuniones numerosas de gente. Con respecto a la provincia, gran cantidad de comercios han tomado la iniciativa de cerrar sus locales, los cuales han disminuido sus ventas ante esta problemática, pero cabe aclarar que todas estas resoluciones no son parte de políticas públicas tomadas por el gobierno sino que se debe a la concientización de los habitantes y al pánico generado en la sociedad por el bombardeo de noticias y las cifras que se barajan.
Esto último si bien colabora con la lucha contra la pandemia, declarada como tal a principios de junio por la Organización Mundial de la Salud, resulta insuficiente y fuera de tiempo, hecho que queda demostrado a partir de la expansión del virus y el colapso que sufre la esfera médica.
Como conclusión podríamos reflexionar que si estas medidas hubiesen sido tomadas en tiempo y forma, obviando intereses políticos y beneficios eleccionarios, se hubiesen evitado tanto el elevado número de muertos e infectados, como así también la situación de pánico y sugestión que persigue a la sociedad.